La web semántica liderará la nueva generación de Internet
Disponer de información en Internet no siempre significa poder acceder a ella. La World Wide Web (WWW) que hace 17 años inventó Tim Berners-Lee se ha convertido en el mayor almacén de información del mundo, en el que a menudo resulta complicado encontrar lo que estamos buscando. La web semántica, que está dotada de mayor significado y más definición que la actual, puede ser la solución a este problema.
Internet ha revolucionado en los últimos años la manera en que los humanos vivimos, trabajamos, nos comunicamos o incluso disfrutamos de nuestro tiempo libre. Pero la web tal y como la entendemos actualmente debe hacer un paso adelante para que la gran cantidad de información que se ha ido acumulando en la red sea localizable de una manera sencilla. Los grandes buscadores son efectivos pero funcionan a partir de un lenguaje extremadamente simple, basado en coincidencia de palabras clave, que en ocasiones dificulta que encontremos lo que estamos buscando si no conocemos los términos exactos.
Para solucionar este problema y desarrollar al máximo el potencial de Internet, un grupo de investigadores y empresas del sector tecnológico trabajan conjuntamente en el desarrollo de la web semántica, “una extensión de la web que pretende darle un mayor significado a toda la información existente para que sea más fácil de encontrar”, según la definición del director de la oficina española del World Wide Web Consortium (W3C), José Manuel Alonso.
La revolución que supondrá la web semántica para la historia de Internet será una de las más importantes y a la vez una de las más silenciosas. Las reformas afectarán a infraestructuras no visibles para el usuario, que lo único que percibirá según Richard Benjamins, director de I+D de Isoco, compañía líder en software inteligente en España, es que “Internet le está proporcionando nuevos servicios muchos más avanzados y eficientes”.
Ordenadores que se “entienden” mejor
El principal reto de la web semántica es dotar a los ordenadores de cierta inteligencia para que se comprendan mejor entre ellos y con los usuarios. Para conseguirlo, es imprescindible que tanto unos como otros utilicemos un lenguaje lo más similar posible.
Antonio Sánchez Valderrábanos, director general de Bitext, empresa especialista en tecnología lingüística, afirma que “actualmente Internet habla el lenguaje de los indios, utilizando sólo palabras clave sin ningún tipo de relación semántica o sintáctica entre ellas”. En el futuro, añade, “Internet hablará el lenguaje de las personas”.
Un objetivo tan ambicioso requiere varios pasos previos, como la elaboración de “enciclopedias” que contengan todo el conocimiento que necesita la máquina para entendernos. Estos enormes diccionarios se conocen como “ontologías”, que según Sánchez Valderrábanos “se construyen con un proceso muy similar al que hacemos los humanos cuando aprendemos una lengua”. En resumidas cuentas, los técnicos dotan al ordenador de conocimientos sobre léxico en primer lugar, para que la máquina aprenda qué es lo que significa cada palabra. Seguidamente, se añaden conceptos de sintaxis para que el ordenador comprenda cómo se relacionan las palabras entre sí dentro de una misma frase. Finalmente, el ordenador deberá aprender el máximo campo semántico posible de cada una de las palabras, para ser capaz de reconocer sinónimos, familias semánticas, etc…
Aunque el número de lenguajes que se han desarrollado para construir estas ontologías es muy grande, finalmente han sido los estándares RDF y AWL los que se han impuesto por encima de todos los demás.
¿Qué debo hacer para adaptar mi web?
Si una web actual quiere adaptar su lenguaje al de la web semántica, deberá realizar algunos cambios en su programación que no tienen por qué significar grandes inversiones de dinero. El coste de la adaptación estará en función básicamente de lo estructuradas que estén las bases de datos que soportan la página web.
Según el director de I+D de Isoco, “un portal que se está montando sobre una base de datos bien organizada no necesitará grandes esfuerzos, ya que la adaptación consiste esencialmente en exportar el contenido de esta base de datos al lenguaje de la web semántica, es decir, a las ontologías”. Este proceso puede resultar casi automático en algunos casos, con lo que los costes se reducirían todavía más.
Aplicaciones reales
Según el director de la oficina del W3C en España, “las grandes empresas están investigando e invirtiendo dinero poco a poco porque ven que la web semántica es una mejora muy importante en su infraestructura”. Alonso añade que el entorno empresarial es uno de los focos de desarrollo de las aplicaciones de la web semántica, “aunque muchos de los avances en este sentido no trascienden por el miedo de las empresas a revelar procesos que consideran vitales para su negocio”.
Quien sí está dando publicidad al nuevo lenguaje de Internet es la Administración, que está aprovechando la tecnología de la web semántica para ofrecer mejoras en sus servicios online. Según Benjamins, “el problema de estos servicios surge a menudo por errores de comunicación entre el usuario y la plataforma web”. El ciudadano, que no conoce la nomenclatura exacta de los servicios disponibles, suele tener dificultades para encontrar la información que necesita. “Para que el problema del lenguaje no sea un obstáculo”, comenta Benjamins, “podemos aplicar el lenguaje de la web semántica a la base de datos del ayuntamiento y a las posibles consultas”. De esta manera, cuando un ciudadano escriba “cambiar de casa” en el motor de búsqueda de la web de su ayuntamiento, éste le llevará directamente al formulario de “solicitud de cambio de domicilio”.
Un futuro incierto
Los investigadores y empresarios coinciden en que el desarrollo generalizado de la web semántica todavía queda bastante lejos, aunque cada vez son más las compañías que aplican de algún modo esta tecnología en sus procesos más críticos. Benjamins asegura que la implantación masiva de la nueva generación web “se hará esperar como mínimo cinco años”.
Para algunos expertos, el éxito generalizado de la web semántica en Internet dependerá en buena medida de que la empresa privada considere que hay un provecho económico y se decida a potenciarla, pero eso no sucederá seguramente hasta que el peso del comercio electrónico o los servicios online sea mucho más relevante que ahora.
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